La villa romana de Almenara-Puras se construyó en el siglo IV, sobre una estructura anterior del siglo III, de menores dimensiones de la que se conservan los vestigios de unas termas.
La casa tiene dos patios en torno a los cuales se articulan 30 estancias; de ellas, prácticamente la mitad están pavimentadas con suelos de mosaico. A la zona de termas se accede por un pasillo que remata en una gran sala de planta triabsidada. En las excavaciones realizadas se ha recuperado completamente la pars urbana o zona residencial y una pequeña parte de la explotación agropecuaria. La vivienda señorial ocupa un área de unos 2.500 m2, organizada a partir de dos grandes patios porticados. Destacan sus mosaicos, algunos de una gran calidad, como el de Pegaso, decorado con cristal y oro.
A mediados del siglo V se detecta un paulatino abandono.
La villa fue descubierta en 1887 al realizar unas tareas agrícolas.