El yacimiento íberorromano de La Aceña o La Seña estuvo habitado del siglo VI al II a.e.c. Tiene una superficie de 8.000 metros cuadrados. En su recinto amurallado no hay torres defensivas. Se accede a través de una calle central. En las casas excavadas se hallaron estructuras destinadas a la fabricación de aceite y transformación de metal.