Noviembre era el noveno mes del calendario. Su nombre deriva de novem (“nueve” en latín). Desde el punto de vista religioso, el mes de noviembre romano era entre todos los del año el menos importante. Los romanos se dedicaban a arar y sembrar la tierra. En este mes se celebraban en el Circo las fiestas plebeyas (Ludi Plebeii) instituidas en el año 220 a.e.c., para celebrar la reconciliación de patricios y plebeyos, y de las cuales habla el historiador Tito Livio. También se dedicaba a Feronia diosa compañera de Diana, Ceres, Fortuna y Flora; protectora de fertilidad y la abundancia.
Desde el día 4 aproximadamente hasta el día 17 tenían lugar los juegos plebeyos.
El día 8 se celebraba el Mundus Patet. Considerado como el último día en que la puerta del mundo subterráneo estaba abierta.
El día 13 durante la celebración de los Juegos Plebeyos se celebraba el Epulum Iovis, el banquete de Júpiter, una festividad popular en la que se engalanaban las estatuas de las deidades capitolinas. Júpiter comía recostado y las diosas Juno y Minerva sentadas.
El 22 se celebraba la festividad en honor a Proserpina y Plutón, los dioses del mundo subterráneo.
El día de Todos los Santos, fue instituido por la primitiva Iglesia cristiana. Debido a la enorme cantidad de mártires cristianos que produjo la persecución de Diocleciano (284-305); la Iglesia en el siglo IV a estableció un día para conmemorarlos a todos. La fecha elegida fue el 21 de febrero…